Estamos muertos. Lo sabes.
Condenados caminamos el rumbo eterno de los perdidos.
Aquella noche oscura del abismo no fué un sueño, en verdad saltamos
y ahora vagamos uno al lado del otro sin presentirnos siquiera.
Parezco estar tan cerca ...pero hay un eco como murmullos de tuercas que nos aisla.
Las luces, los reflejos, el cielo,
todo lo que parece moverse, el tiempo
nada existe.
Nos descomponemos. Lo sé.
Nos delata ésta flatulencia crónica,
ésta avidez por un pretexto de salvación
éste aliento gélido de cuerpo hueco y sin sombra.
Somos un naufragio de manotazos y puños abiertos
que se buscan.
Inútilmente.