jueves, junio 14

 
Mírame,
Sigo siendo Yo
La Mujer que habita este cuerpo

Ya no intento engañar más
a los espejos

Ahora escribo mi nombre
sobre un rectángulo negro

Mírame,
Sigo siendo Yo
La Mujer que ríe porque llora

La Mujer que guarda silencios
que a veces pierde el sueño

contando estrellas
sobre el manto oscuro del cielo

Soy
aunque mis huellas
no se graben en la arena

aunque mi voz
se difumine con el viento

justo antes de que pueda tocarte.

Soy
a pesar de mi misma
y a pesar de ti

Tú, que siempre serás
la tímida lágrima que se asoma

un nombre apretado entre dientes y labios.

viernes, julio 16

Y ahora quien me quitará esta tristeza infinita?
Quién se atreverá a ser la roca impasible que frene la furia de mis olas?
Quién me disfrutará después, cuando rendida me deshaga
y tan sólo sea espuma que hierve
que se desvanece
eso, espuma y nada más?

lunes, agosto 28

Despertarse un día cualquiera
con ganas de cambiar las sábanas
abrir todas las ventanas
poner al revés la ubicación de la tv y el sofá
salir de la cama
con ansias de beber leche directamente de la botella
y no hacer nunca más tostadas
cambiarlas por gominolas
o los restos de pizza de la noche anterior
encender los ojos
y el cuerpo
y el pecho
sentarte al pie del balcón
respirar
suspirar
e inexplicablemente volver a desear que llueva...

jueves, febrero 23

No dejes que me vaya.
Átame fuerte a tus ritos y convicciones
de guerrillero ansioso del amor.
Que no se acerquen más fantasmas a mis ojos
ni cabalguen en mi pecho sus batallas
de otras vidas ya tan lejanas...
Téjeme con tu voz el velo último
que cubra mis heridas cansadas
del rostro salado,
la lluvia triste.
Reténme, por favor,
Me estan alcanzando los pasos extraviados
y debes saber que fuera de tus brazos
yo ya no quiero correr.

jueves, diciembre 8

Estamos muertos. Lo sabes.
Condenados caminamos el rumbo eterno de los perdidos.
Aquella noche oscura del abismo no fué un sueño, en verdad saltamos
y ahora vagamos uno al lado del otro sin presentirnos siquiera.
Parezco estar tan cerca ...pero hay un eco como murmullos de tuercas que nos aisla.
Las luces, los reflejos, el cielo,
todo lo que parece moverse, el tiempo
nada existe.
Nos descomponemos. Lo sé.
Nos delata ésta flatulencia crónica,
ésta avidez por un pretexto de salvación
éste aliento gélido de cuerpo hueco y sin sombra.
Somos un naufragio de manotazos y puños abiertos
que se buscan.
Inútilmente.