viernes, enero 7

Te equivocas,
ésta cueva a la que vuelves en penumbra
no es dueña de historias
ni gime silencios agrietados viajeros del viento.

No es mi boca la que exploras
cuando hundes tus ejes queriendo dar fondo en mi seno.

Hay otros caminos que me conducen,
agujeros subterráneos que me guardan en su centro.
Tú no los conoces,
están más allá de lo que alcanzan tus manos voraces
muy lejos del abismo que encuentras cuando me invades
y te detienes,
dislocado entre lugares que no encajan en tu tiempo.

No soy la que descubres desordenándose los átomos frente al espejo
tampoco la que adviertes peinando sueños a medida de almohada.

Ven,
acércate
y dime ahora lo que en verdad ves...

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