viernes, febrero 11

Quiéreme
lo necesito.
Hazme escuchar las mismas palabras fallidas
que han enredado en mis oidos
mil y un sinsabores.
Pero ésta vez pronúncialas de forma suave
como la espuma
para que penetren hasta la última grieta
de conciencia y ansiedad
que estorban en mis entrañas.

No sólo es que me quieras
también preciso que me ames
con la furia del ébano de tus ojos embravecido
y la constante impaciencia de encontrarnos
entre el malva y el gris de los amaneceres
que desatan demonios
y despiertan girasoles.

Ven y sálvame
de la oscuridad que deja el silencio
cuando voy cazando fantasmas
en otras bocas que no me nombran.

Reclámame en gritos que derriben montañas
e intimiden océanos.
Búscame donde sabes que espero
ondulando deseos
bajo el vaivén de los sueños
que bostezan sin prisa
las esquirlas errantes de un recuerdo
quebrado en el tiempo.

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