Desnudo
llegas a mi cama como la noche abierta
tus ideas irreverentes retozan en mi regazo
somos sombras escasas de lágrimas
pájaros que abren sus alas bajo el reflejo de la soledad
Tus sueños encajan en el hueco de mis párpados
corazones deshabitados, eso somos
tu mano en mi herida, tu herida en mis labios
asi nos vamos abriendo paso en éste ascenso primitivo del dolor
El amor nunca basta
los deseos se hacen más largos colgados de tu pelo
un eco nace de mis silencios, allí
en ese bosque que se desgaja desde tu pecho
Nadie nos obliga a abandonarnos
pero huimos
es ésta fatiga de la inminente ausencia
ésta sed de nuestras pieles descubiertas
suicidas que se postergan
una y otra vez...
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