Ésta figura exigua que flota a una orilla del desierto blanco de las sábanas
hundida en la obscuridad abismante del descuido
soy yo.

Soy una mujer
respondo a un nombre del que brotan recuerdos como hormigas
tengo un cuerpo.

Lentamente, rozo el hueco de mis ojos
mis pómulos afilados
mi labios marchitos

Palpo mis senos desbocados
delineo los surcos de mis costillas clavadas en la piel
y me detengo un rato dando vueltas en la grieta sorda de mi ombligo...

cuánta ausencia...

Bajo hasta el rincón perdido de mi sexo
mis muslos débiles que se precipitan
busco los pies que se me han ido...

Mis manos lánguidas de dedos finos e interminables
lo tocan todo en un esfuerzo visceral por reconocerme.

Sí.
Ésta maraña de sobras mal colocadas
soy yo.

- O lo que queda de mi. -